Era un domingo 19 de Noviembre de
1981 muy temprano, cuando deje el Pueblo de Salamanca, Gto. México, tome las
pocas pertenencias que tenía en una habitación de un pequeño hotel; había permanecido
casi un año laborando en el área de construcción de una Empresa importante de
Fertilizantes; me encamine a tomar el autobús que me llevaría a la ciudad de Querétaro,
a donde ya me esperaba uno de mis hermanos mayores para darme alojamiento.
La intención de llegar a Querétaro
era que la misma empresa paraestatal construía una segunda etapa, podría encontrar
una mejor oportunidad de trabajo y más cerca de la Familia. Me presente en la
empresa el martes siguiente y platique
con un conocido paisano y le pedí me ayudara, me recomendó en el área de
personal donde me dieron de tomador de tiempo, no había más; había que tomar
asistencia física diaria a cada una de los casi dos mil trabajadores de campo repartidos
en diferentes áreas de trabajo, a pleno sol y recorriendo casi cuarenta hectáreas
de terreno.
En alguna ocasión surgió el
soborno por parte de algún jefe de cuadrilla que manejaba trabajadores ausentes
(pilotos aviadores) me ofreció un auto último modelo si dejaba de revisar a su
gente y solo firmaba la lista asentando que todos estaban ahí laborando, por un
momento estuve a punto de aceptarle pues no tenía ni para comer mucho menos
para transportarme, lo hacía pidiendo aventón, estábamos a casi 6 kms. de la
ciudad. No le acepte y al día siguiente me llamaron de la superintendencia y lo
del soborno era una prueba de confianza que me habían puesto; gracias a no
haber aceptado me ascendieron a auxiliar del Departamento de Control de obras en el área de estimaciones,
controlando a casi treinta contratistas, desde luego me dieron la planta,
mejores prestaciones, mejor sueldo.
Al cabo de tres años, el jefe de
mi departamento fue enviado al sureste mexicano a laborar en una unidad de la
misma empresa y yo ocupe su lugar nuevamente con mejores condiciones jerárquicas
y económicas durante los siguientes siete años, tenia la responsabilidad de
control de las estimaciones de obra generadas en seis estados de la República Mexicana, teniendo que viajar frecuentemente para la supervisión, pero la sede
era en Querétaro.
Por último y en el ejercicio de las
funciones anteriores, fui convocado por la Dirección de la empresa desde la
ciudad de México para participar en el concurso de diseño, habilitacion y manejo de un proyecto
de archivo nacional de documentación de proyectos terminados que habría de
instalarse en la ciudad de Querétaro, en este concurso fuimos elegidos cada uno
de los jefes de el área de estimaciones de cada estado de la República,
afortunadamente mi proyecto fue ganador y en una breve y sencilla ceremonia en presencia
del Director General de la empresa, me dieron un reconocimiento económico e
inicie de inmediato a darle forma física a dicho proyecto aunado a mi original
responsabilidad.
Fueron años de bonanza, pues de ahí
en 1991 fui invitado por uno de los contratistas más grandes para administrar su empresa, aumentando mi ingreso económico, la jerarquía, laborando los siguientes quince años y evolucionando en lo laboral y
profesional.
ESTA ES UNA DE MIS GRANDES SATISFACCIONES EN MI VIDA.